lunes, 27 de junio de 2011

QUE ES EL OCULTIMO

PERCY ZACARIAS BAYONA INOÑAN

EL OCULTISMO


Primero debemos entender que no es. El ocultismo no son rituales de misas negras, angelitos, oraciones, ruedas magnéticas y conectar con hermanos del cosmos...
La ciencia oculta o ciencia hermética es la primera ciencia que existió en la historia de la humanidad, es el conocimiento del hombre, el conocimiento del universo, el conocimiento de las leyes que nos mueven, un poco el conocimiento de los qués y los porqués.
Ocultistas como Ramón Llull, Giordano Bruno, Flamel, Pitágoras, estudiaron y trabajaron durante años leyendo, comparando, buscando, experimentando y encontrando leyes tratando de entender el universo.
La palabra “oculto” se deriva del latín, occultus, lo que significa cosas misteriosas, escondidas y muy secretas. Fuerzas angélicas y demoníacas juegan un rol en el contenido del mundo del ocultismo. Algunas de las prácticas usadas conllevan el uso de la astrología, la adivinación, la Cuija, la canalización de espíritus, y la hechicería ya que todas ellas caen en la categoría de ser practicadas en secreto y son consideradas muy misteriosas. Se utilizan para ganar poder y/o habilidad para tomar decisiones para alcanzar objetivos.
El ocultismo nos enseña otra visión de ciertas cosas, pero una visión que pretende ser razonada, coherente, estructurada. Es absurdo plantear un conflicto entre ocultismo, ciencia y religión, no tiene sentido. Toda verdadera religión está sostenida en el ocultismo. Además toda religión está llena de simbologías, de mitos, de elementos astrológicos, alquímicos, místicos, metafísicos. El propio cristianismo está lleno; sin ir más lejos, los colores utilizados por la jerarquía eclesiástica corresponden a las tres fases iniciáticas de la alquimia: la Nigredo, la Albedo y la Rubedo (negro, blanco y rojo); o el simple hecho de haber hecho nacer a Jesús entre un buey y una mula, que lo sitúa precisamente entre dos de los símbolos astrológicos que son Tauro y Capricornio.
No hay religión sin ocultismo, pero tampoco hay ocultismo sin religión. Aunque no sea de una religión determinada, el ocultismo tiene un montón de impregnaciones religiosas; de hecho es absurdo el concepto de religión. La palabra viene del latín "religare", es decir unir, volver a unir. Y la misma religión desarrolló un concepto que también viene del latín "diabolus" y es el concepto de diablo, que originalmente viene del griego "diábolos" y no significaba más que "el que pone en duda", significado que degeneró en dividir, separar, dualizar,"el que desune". Lo religioso, lo sagrado es unir y lo diabólico es separar. Desde este punto de vista casi todas las religiones son básicamente diabólicas, son dualistas, separan el bien del mal. Todas dicen "yo bueno, tú malo", "mi dios es el auténtico, el tuyo es pagano", "yo creyente, tú ateo", "yo santo, tú hereje".
"El Diablo es la ignorancia, son las tinieblas, son las incoherencias del pensamiento, es la fealdad. ¡Despertaos, pues, durmientes de la Edad Media! ¿No veis que ya es de día?, ¿no veis la luz de Dios que llena toda la Naturaleza?..."-

Percy Bayona.

En los últimos años el avance de la ciencia y de la técnica ha sido fabuloso. Nuevos y revolucionarios conceptos han surgido en todos los campos de la actividad humana. Hoy día se sabe más que nunca sobre física, química, cirugía, enfermedades, etc. No está lejano el momento en que el ser humano se traslade físicamente a otros planetas.
Y sin embargo, en el individuo mismo nada ha cambiado. Su cerebro funciona igual que dos mil años antes de Cristo, sus temores, oDios, pasiones e inquietudes son las mismas. La conquista del mundo exterior ha sido fructífera, pero la conquista del mundo interno ha sido nula. Se sabe mucho sobre los secretos de la materia y la energía, pero nada sobre la mente ni sobre la fuerza que mantiene la vida. Muy pocos pueden decir con certeza: “yo me conozco a mí mismo”.
Sin embargo, esto no parece preocupar mucho a la gran masa humana ensoberbecida ante el aparente poder del hombre sobre la Naturaleza.
Solamente la enfermedad, la desgracia y la muerte vienen ocasionalmente a enseñarle humildad, y el hombre que en medio de su soberbia se cree amo y señor del Universo agacha la cabeza tan abrumado e impotente como el hombre primitivo ante la furia de los elementos.
Solamente en esos momentos medita en la vida y se interroga a sí mismo: “¿Qué es la vida?”, “¿Por qué Dios es tan injusto?”, “¿Quién soy yo?”, “¿De dónde vengo?”, “¿A dónde voy?”, “¿Por qué todos tenemos que morir?”, “¿Acaso no existe la felicidad?”.
Algunos, demasiado materialistas, o demasiado perezosos para pensar, se conforman atribuyendo todo a la casualidad.
Las religiones tratan por todos los meDios posibles de brindar consuelo a través de diferentes dogmas a los cuales se les atribuye origen divino. Sin embargo, las leyes científicas son implacablemente lógicas y poderosas, resultando difícil conciliarlas con dogmas religiosos que apelan solamente a la fe.
Íntimamente el individuo vive desorientado y atemorizado ante el mañana. A fin de paliar el desconcierto y la angustia que le produce la visión de un mundo aparentemente caótico, injusto y sujeto a la causalidad, se rodea de progresos materiales, lujos y diversiones. A través de la vida social, las fiestas y las amistades procura olvidar su vacío espiritual y cerrar sus ojos ante el terrible espectáculo de la vida.
En medio de este caos existe una Sociedad Secreta que mantiene desde hace mil años, en toda su pureza original, una ciencia que permite al individuo el acceso a un nuevo y más elevado estado de conciencia, en el cual logra conocerse a sí mismo, conocer el misterio de la vida y la verdad, y actualizar sus capacidades mentales latentes. Esta sociedad secreta es la ORDEN ROSACRUZ HERMÉTICA. Esta fraternidad conserva en sus archivos ocultos una ciencia que proviene de la más remota antigüedad y que fue comunicada a los seres humanos por visitantes extraterrestres. Esta ciencia es el Ocultismo, cuyas verdaderas enseñanzas se mantienen secretas, habiendo trascendido al vulgo solamente interpretaciones personales de individuos que han llegado a vislumbrar una pequeña parte del secreto. Estos conocimientos se han mantenido ocultos debido a que solamente pueden tener acceso a ellos las personas que estén dispuestas seriamente a entregarse de lleno a este estudio, y que tengan cierto grado de evolución espiritual. Sucede con esto exactamente lo mismo que con la ley que reserva ciertos derechos sólo para los mayores de 21 años.
Existe el equivocado concepto de que el ser humano es un organismo inteligente plena y totalmente logrado. Sin embargo, está solamente en el umbral de su desarrollo mental. En todos los tiempos han existido hombres que han logrado un desarrollo más completo que los demás, iluminados e inspirados por la ciencia rosacruz, que en otros tiempos tuvo su centro de acción en Egipto, siendo allí su iniciador Hermes Trismegisto.
Algunos de estos hombres se han llamado Pitágoras, Sócrates, Platón, Jesús, Orfeo, Dante, Descartes, Franklin, Edison, Newton, Bacon, y un sinnúmero de otros que han integrado una verdadera aristocracia del espíritu, infinitamente más importante que la aristocracia social o financiera. En el Perú ciertamente dos clanes han conservado a través del tiempo conocimientos rosacruces son maestros dedicados al arte del ocultismo, de la Orden Hermética española los de apellidos Inoñan y los Bayona, que su descendencia solo son muy pocos los que han asimilado esta ciencia, que erroneamente son mal llamados chamanes y cuyas residencias están ocultas en los altos de las magnéticas lagunas de Huancabamba.
Los rosacruces aparecen y desaparecen en forma alternativa en la historia de la humanidad, de acuerdo con ciertos ciclos prefijados. Se hicieron especialmente conocidos entre los siglos quince a diez y siete, ganando fama de magos, sabios y alquimistas, desapareciendo poco después para laborar en secreto por el bienestar de la humanidad, manteniendo solamente algunas avanzadas que brindan íntegramente la ciencia rosacruz a aquéllos cuyo estado de conciencia los hace acreedores a ser instruidos.
Desafortunadamente algunos individuos que sólo han tenido un efímero contacto con un auténtico rosacruz han fundado instituciones con fines puramente comerciales a las cuales han titulado Rosacruces. Estos usurpadores han pretendido probar su legitimidad con legajos de documentos en los cuales se les reconocería supuestamente como “los únicos y verdaderos Rosacruces”. Han olvidado sin embargo, que por tradición, el verdadero rosacruz nunca se da a conocer por documentos, signos ni palabras, sino que por sus conocimientos y acciones, por su manera de ser, por su manera de hablar y de actuar. A pesar de que estas supuestas organizaciones rosacruces no tienen ningún contacto con aquellos auténticos rosacruces del siglo quince han cumplido un papel útil al despertar el interés del vulgo por estos estuDios.
Tal como existe en el campo educacional la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, también en estos estuDios existe una progresión comparativamente igual. Solamente en una organización en la cual se inicie al individuo en forma real y no simbólica se encontrará la más elevada enseñanza. “Muchos serán los llamados y pocos los elegidos” cobra aquí especial significado. Muchos han buscado la luz del ocultismo en diversas y disímiles organizaciones, pero muy pocos han encontrado la verdadera institución donde realmente estén la luz y la verdad, ya que solamente el que sea guiado por su propio espíritu podrá encontrarla.
A pesar de la abundancia de centros educacionales, en ninguna parte del mundo, en ningún colegio, en ninguna Universidad se le enseña al individuo a vivir. Son raros los que pueden afirmar con toda propiedad que saben vivir ya que no es la inteligencia ni la cultura ni los títulos los que enseñan al individuo este arte. Paradójicamente hay veces en que los más cultos en apariencia son los más ignorantes, ya que la más terrible ignorancia es la ignorancia de sí mismo, la ignorancia del misterio de la vida, la ignorancia del arcano de Nuestro Padre o Creador a quien llamamos Dios. La ignorancia del misterio de la muerte, la ignorancia del amor, de la bondad, la belleza y la verdadera sabiduría, la ignorancia de la fraternidad y de la unión entre todos los pueblos del mundo.
Vivimos en una época en que a pesar del gran número de cristianos que existen en el mundo se pisotea diariamente la enseñanza de Cristo “amaos los unos a los otros”. Domina la ley del más fuerte y el más brutal egoísmo se ha convertido en escudo y divisa del hombre, cuyo más grande anhelo es ganar mucho dinero para disfrutar del poder que da la riqueza.  Sólo ante la perspectiva de la muerte renace la idea de Dios, amor, espíritu.
Existe una desesperada búsqueda de la felicidad a través de los placeres materiales que estimulan fuertemente los sentidos y que brindan una especie de euforia sensual. A pesar del dominio que la ciencia ha alcanzado sobre la materia, el individuo ha derivado hacia una actitud diametralmente opuesta: se ha convertido en esclavo de sus posesiones materiales. ¿Cuántos hay que trabajan, arduamente para mantener un lujoso automóvil, por ejemplo? ¿Cuántos los que pierden su decencia y humana dignidad al envilecerse por el oro, al embriagarse o al lucrar con la desgracia ajena?
Aquél que vive aferrado a los placeres materiales disfruta de una euforia sensual que lo incapacita para ver hasta qué punto ha perdido su calidad hominal. Los objetos materiales hipnotizan y devoran igual que la boa que fascina a un pajarillo para después engullirlo. Sin embargo, en esta era de tremendo materialismo existen seres privilegiados que ansían conocer los misterios de la vida, vencer al destino, promover el amor y la fraternidad entre los seres humanos, liberar al mundo del mal, modelar el propio carácter para superar los vicios, complejos, debilidades, etc. Hay muchos, que por haber sufrido demasiado o haber nacido despiertos o conscientes buscan desesperadamente la luz del conocimiento que los pueda llevar a encontrarse a sí mismos para realizar todo lo que desean en la vida.
Algunos quieren explicarse por qué los persigue la “mala suerte”; otros no han logrado la felicidad en el amor o no pueden triunfar en la vida porque tienen complejos de timidez o poca personalidad. Hay quienes sufren de incurables enfermedades nerviosas, mentales o de otro género y que pueden aprender a vencerlas o a paliar sus efectos por medio del correcto uso de la mente. Los incomprendidos por sus familiares, los huérfanos de amor, los que sufren de abandono espiritual, tristeza o decepción, pueden liberarse y vencer.
Quienes tengan problemas de cualquier clase, por terribles que éstos parezcan, no desesperen. El ocultismo es la ciencia máxima y sagrada que enseña a vivir sabiamente por medio del correcto empleo de las fuerzas de la naturaleza.
El ocultismo es el estudio del hombre y de las leyes de la naturaleza, y de la forma como éstas actúan e influyen en el ser humano. Se le llama ocultismo porque es justamente una ciencia que está oculta a la humanidad pasional, egoísta, vengativa y esclava de sus deseos materiales.  La palabra ocultismo provoca inmediatamente una reacción negativa de parte del que la escucha, ya que ocultismo ha pasado a constituir un sinónimo de “magia”, “brujería”, “demonología”, “satanismo”, etc. Ha contribuido poderosamente a formar esta idea la fantástica y abundante literatura que existe sobre este tema, englobada bajo la calificación de “ciencias ocultas”. Estos libros han sido escritos en su mayor parte por individuos vanidosos que jamás llegaron a tener contacto con el verdadero y sagrado ocultismo, y que solamente han estudiado fragmentos de su parte esotérica a través de otros libros igualmente fantásticos e irreales. Charlatanería y Ocultismo se han convertido en algo similar. Los pseudoocultistas bajo una careta de grandilocuencia y teatralidad se han arrogado mágicos poderes, dicen ser clarividentes y conservar el recuerdo de sus vidas pasadas o encarnaciones anteriores, identificándose generalmente con algún personaje famoso de la antigüedad.
Gran difusión han alcanzado igualmente algunos fenómenos ocultos presenciados por europeos en la India y el Tíbet, por lo cual todos los interesados por las ciencias ocultas vuelven con ingenuidad sus ojos hacia estos países esperando encontrar allí lo que no hallaron en su país natal. Ingenuamente piensan que se puede vivir doce horas al día, desdoblado, observándose el ombligo o meditando, y piensan que ésta es la más perfecta condición a la cual puede aspirar el ser humano. No se dan cuenta de que la complicada gimnasia llamada Yoga, por ejemplo, no es más que un medio de alcanzar un fin, que el occidental puede alcanzar mucho más fácilmente por otros meDios más de acuerdo con su condición de fuerza, actividad y pujanza, para no caer así en la pasividad y apatía hindú. Existe notable diferencia entre la constitución oriental y occidental, de modo que es altamente inconveniente el empleo entre occidentales de prácticas hindúes que pueden llevarlo a la desintegración de su personalidad.
Existen en la actualidad muchas organizaciones de carácter filosófico que hacen mucho bien, pero que están lejos de llevar al aspirante a la verdadera comunión con Isis, el conocimiento de los arcanos de la naturaleza. De mil escuelas ocultas habrá probablemente una donde el aspirante encontrará la luz del verdadero conocimiento y recibirá la verdadera y real iniciación. Las restantes serán solamente centros de estudio donde se proporciona información teórica, pero no conocimiento, y menos sabiduría.
El objetivo primordial del ocultismo es la liberación del ser humano. La liberación de la ignorancia, del dolor, de la bestialidad, de la mentira, del destino y de la muerte, a fin de llegar algún día a cambiar el mundo y crear un nuevo mundo de hombres conscientes y totalmente responsables de su calidad humana.
Muchos emprenden este camino de superación poseídos de gran entusiasmo, pero creen que basta hacer tres o cuatro oraciones, meditaciones o conjuros para recibir por gracia divina todos los poderes y conocimientos. Es necesario ser realista, ya que todo cuesta en la vida. El ocultismo es una ciencia que es preciso estudiar y practicar con gran dedicación y tenacidad, ya que es un estudio que involucro nada menos que la comprensión y conocimiento de Dios, del hombre y de la vida. Una gran mayoría se desanima porque estudian uno o dos años y en este corto tiempo quieren alcanzarlo todo.
El que llegó a titularse de médico tuvo que estudiar para ello aproximadamente veinte años de su vida, y sin embargo algunos quieren desentrañar el misterio de la vida en dos o tres años. Sólo a costa de una tenacidad sin límite y de un valor y confianza en sí mismo a toda prueba se llega a las grandes realizaciones. Indudablemente aquéllos que buscan solamente cambiar su carácter, fortalecer su personalidad o alcanzar cualquier logro material, no necesitarán esforzarse tanto como los que desean lograr una unión con su propio espíritu.
Los que estudien por curiosidad perderán su tiempo lamentablemente y corren el peligro de desequilibrar sus vidas, ya que el contacto con el fuego de la verdad puede quemar a quienes no hayan depurado su alma del egoísmo y las pasiones humanas.
Diferentes sectas y escuelas estudian y utilizan algunos aspectos del ocultismo, generalmente bajo otro nombre. De esto dan ejemplo la masonería, el martinismo, el yoga, y absolutamente todas las religiones. Cualquier persona que conozca algo de ocultismo se dará cuenta de que las instituciones religiosas son verdaderas sociedades secretas y asimismo que cada religión ha tomado en sus ritos diversos símbolos de fraternidades ocultas de la antigüedad. Veamos un ejemplo en la religión católica: Isis se transformó en la virgen María, la cruz ansada en la cruz católica, el bastón de Anubis en el báculo de los obispos, las ceremonias de invocación ritual, en la misa, etcétera.
Estos movimientos solamente poseen una pequeña parte de esta ciencia, conocimiento que generalmente emplean en su propio y exclusivo beneficio. Tal es el caso de algunas religiones que utilizan a sus adeptos como ovejas manteniéndolos en la ignorancia del verdadero significado del culto. Cuando alguno de los fieles pregunta por el significado de los símbolos y rituales, los sacerdotes se limitan a decirle que éstos son “misterios”.
En un nivel mucho más elevado está la masonería, cuya filosofía y simbología son netamente rosacruces. Esta gran institución digna del más profundo respeto ha cooperado en gran medida a la realización de los ideales rosacruces de libertad, igualdad y fraternidad. Desafortunadamente la masonería ha perdido en gran parte las claves de la ciencia hermética, otorgando en el presente una iniciación puramente simbólica.
En las culturas antiguas como la Inca, el estudio del ocultismo era privilegio de sacerdotes y los de faraones en el gran Egipto. Es allí precisamente donde aparece Hermes Trismegisto, considerado el padre del ocultismo moderno, quien sintetizó la sabiduría rosacruz en siete principios, llamados los siete principios herméticos, que son la base del ocultismo y clave de todos los fenómenos. Éstos son: mente, correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa y efecto, generación.
·         Mente: “todo es mente” (todo es energía) “El universo es mental”.
·         Correspondencia: “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”.
·         Vibración: “nada está inmóvil; todo vibra”.
·         Polaridad: “todo es doble, todo tiene su par de opuestos, los extremos se tocan”.
·         Ritmo: “todo existe en un flujo y reflujo, una acción y una reacción, un avance y un retroceso”.
·         Causa y efecto: “nada ocurre casualmente; todo sucede de acuerdo con una ley”.
·         Generación: “la generación se manifiesta en todo; todo tiene un masculino y un femenino”.
El estudio detallado de estos principios es una verdadera llave maestra que abre las puertas de todos los conocimientos.
La Naturaleza oculta en su seno los secretos más grandes de la vida, y aquél que siguiendo las enseñanzas de Cristo “se vuelve como un niño” puede leer en ella como en un libro abierto.
Los requisitos para hacerse merecedor a la enseñanza de esta ciencia son: tener un ideal impersonal en beneficio de la Humanidad; practicar el amor, la fraternidad y la igualdad para con todos los seres humanos sin distinción de clase, raza o color, y desear fuertemente la superación moral y espiritual y el dominio sobre las pasiones.
Si tú quieres superarte escucha atentamente la voz de las enseñanzas ocultas:
“Nada te será negado si comprendes, practicas y realizas la ciencia divina del verdadero ocultismo que permite al hombre identificarse conscientemente con el principio divino que lleva dentro de sí mismo.”
Este libro pretende ser solamente un pequeño rayo de luz en la oscuridad del mundo, un rayo que indique el camino a quienes deseen encontrar la luz de la verdad de su propio espíritu. “Conócete a ti mismo” debe ser nuestro lema y pórtico de entrada al templo de la sabiduría.


¿PORQUE HAY TANTO INTERES EN EL OCULTISMO?

Por el alarmante número de personas que se involucra cada vez más en el ocultismo, surge la pregunta inevitable: ¿Por qué?” Por qué la gente de esta era de tanta educación, con todos los avances tan maravillosos de la ciencia y la tecnología, se implica en practicas del ocultismo? Creo que son varios los factores que han contribuido al aumento de la popularidad del ocultismo.
La secularización del evangelio. En los últimos años ha habido una negación de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana por parte de muchos de los que ocupan un puesto de liderazgo dentro de la iglesia. Esto deja un gran vacío espiritual en el mundo, que hace que las personas que tienen necesidades espirituales busquen en otro lugar para satisfacerlas. Además, algunos de esos lideres eclesiásticos que han abandonado el evangelio se han convertido a su vez en practicantes del ocultismo, provocando una mentalidad de “siga al líder” en muchos creyentes.

 Está demostrado que el lenguaje escrito es el menos efectivo de todos los que utiliza el ser humano para comunicarse. El significado de cada palabra viene determinado por la interpretación subjetiva de cada lector. Por eso, en la medida que puedas, verifica la información que se detalla a través de tu propia experiencia. Además,  la sabiduría que buscas no la encontrarás en éste ni en ningún otro portal sobre la condición humana y el sentido de la existencia. Todo lo que necesitas saber está dentro de ti. Tú eres el profesor y el alumno: el puente entre ambos es lo que vas aprehendiendo a lo largo de la vida. Más que nada porque no hay maestros, sólo espejos donde verse reflejado.


CONOCETE A TI MISMO
“Conócete a ti mismo”. Se dice que estas palabras estaban inscritas en la puerta del templo de Apolo en Delfos, lugar de culto en la antigua Grecia. A pesar de que se suelen atribuir al filósofo Sócrates (470 a.C. – 399 a.C.), su origen se remonta más allá del siglo VI a.C., siendo más veteranas que la historia misma de la filosofía. La importancia de este aforismo atemporal radica en que orienta a los seres humanos a que exploremos nuestra realidad interior, donde se encuentra todo lo que necesitamos para poner fin a nuestro sufrimiento y alcanzar la plenitud que tanto anhelamos.
Sin embargo, este viaje hacia adentro no es fácil, pues nos confronta con nuestros miedos e inseguridades, es decir, con nuestra ignorancia e inconsciencia. Y lo cierto es que muchos prefieren seguir perdiéndose en su realidad exterior, tratando inútilmente de llenar el vacío que experimentan en sus entrañas. No en vano, la evasión y la narcotización no son sostenibles a largo plazo. Escapar de uno mismo es el problema, no la solución. Más que nada porque el vacío existencial no se llena, sino que se aprende a aceptarlo. Y esto sólo se consigue haciéndole frente a nuestra mente y a nuestros pensamientos. En eso consiste ser dueño de uno mismo.
Para lograrlo, el primer paso es reconocer que no sabemos, pero que estamos dispuestos a aprender. Así, la honestidad para con nosotros mismos y la humildad hacia los demás son imprescindibles para poder experimentar aquello que todavía no hemos vivido. Este proceso de autoconocimiento nos conduce irremediablemente a asumir el compromiso con nuestro desarrollo personal, una transformación interior que nos lleva a descubrir nuestra dimensión espiritual.
Cabe decir que la espiritualidad no tiene nada que ver con ninguna creencia ni dogma religioso; se trata más bien de un cambio en la forma de vivir y de relacionarse con uno mismo y con los demás. Liberados de la tiranía de nuestro ego –la identidad falsa y superficial que nos hace creer que somos un “yo” separado de la realidad–, entramos en contacto con nuestra esencia más profunda, que nos proporciona la paz interior que siempre hemos anhelado.
No en vano, la vida es un continuo proceso de aprendizaje, cuyo propósito último es trascender el egocentrismo para ser felices por nosotros mismos y aceptar y amar a los demás tal como son. Por eso es fundamental que cuestionemos el condicionamiento recibido –que nos dice lo que tenemos que ser, hacer y tener– para llegar a ser lo que somos en esencia, siendo así coherentes con nuestra verdadera naturaleza.
Mientras la psicología es eminentemente teórica, la espiritualidad va más allá de cualquier palabra o etiqueta, convirtiéndose en la puesta en práctica del aprendizaje adquirido a través de la propia experiencia. El camino –y también la meta– es trabajar en la evolución de nuestra propia consciencia, que implica vivir siendo conscientes de nosotros mismos, es decir, sintiendo la presencia de nuestro ser aquí y ahora. Y los resultados no tienen por qué preocuparnos, pues irán revelándose a su debido tiempo.
Si somos constantes en nuestro trabajo interior, llega un día en el que nos damos cuenta de que todos somos uno. En lugar de resaltar las diferencias superficiales, que normalmente nos sirven para distanciarnos, e incluso entrar en conflicto, empezamos a ver lo que tenemos en común con los demás, lo que nos une en un plano más profundo. Entonces, el amor y la aceptación se convierten en los pilares sobre los que construir una nueva vida mucho más saludable y positiva. Este despertar nos hace tomar consciencia de que lo mejor que podemos hacer por la humanidad es estar en paz con nosotros mismos. Este bienestar interno es la base de nuestro desarrollo espiritual, permitiendo que aflore todo nuestro potencial al servicio de una actividad creadora, consciente y amorosa.
La finalidad de esta tratado es compartir el conocimiento necesario para comprender cómo funciona el ser humano –centrándose en su mente y sus pensamientos–, de manera que cada persona tenga la información necesaria para autogestionarse de la mejor forma posible. Sólo así se puede dejar de ser una víctima de la realidad externa –que escapa a nuestro control–, convirtiéndonos en los protagonistas de nuestra realidad interna, la única que sí podemos cambiar. Para que nuestra mente deje de vivir en guerra con el mundo, primero hemos de llenar nuestro corazón de amor

Existen tantas opiniones y puntos de vista como individuos. Cada uno defiende “su verdad”, valiéndose para ello de diferentes argumentos. Sin embargo, más allá de las verdades, está LA VERDAD. ¿Qué es la verdad? La verdad es lo que es. Es el objeto en sí desprovisto de mirajes personales. Solamente se puede llegar a la verdad alcanzando la, facultad de percibir y razonar objetivamente, abandonando el antropocentrismo que conduce a la enunciación de semi-verdades. El mundo está lleno de semi-sabios. Los verdaderos sabios, al igual que la esfinge, callan, y sólo ocasionalmente levantan una punta del velo.
Este tratado no pretende probar ninguna teoría especial ni difundir principios místicos ni religiosos de ninguna especie, como tampoco dogmatizar ni sentar polémica sobre ciencia o filosofía. Contiene solamente las enseñanzas de un rosacruz, quien ha comprobado personalmente todo lo que aquí dice, pero que no le interesa demostrarlo sino a aquéllos que tengan un genuino impulso de superación y elevación espiritual.
Está escrito con la autoridad del que sabe y conoce, en lenguaje sencillo, al alcance de todo el mundo. Está dirigido a todos los que tengan ojos para ver y oídos para escuchar, a los que no se conforman con los convencionalismos científicos, filosóficos y sociales, a los que se dan cuenta de que “algo no marcha bien” en la especie humana, a los que sufren y no pueden explicarse la razón de su dolor, a los que se sientan tocados en una cuerda íntima y sensible al leerlo, a los que quieren conocer la verdad de la vida en forma práctica y personal, a los que se sienten incomprendidos por el mundo y la gente, a los que tienen un ideal de un mundo mejor a través de la elevación espiritual del individuo, a los que aborrecen la injusticia, la miseria y la ignorancia, y a todos los que anhelan superarse espiritual y conceptualmente.
Este tratado enseña algunos rudimentos de Ocultismo Rosacruz.  La genuina Orden Rosacruz, que existe como tal solamente en lo oculto, es la heredera y depositaria de una ciencia que permite lograr voluntariamente mutaciones en la bestia humana para transformarla en SER HUMANO CONSCIENTE Y RESPONSABLE DE SU VERDADERO PAPEL DE HIJO DE DIOS. Es la depositaria, del gran misterio de la dualidad humana, que es el siguiente:
LA RAZA HUMANA TIENE DOS DIFERENTES ORÍGENES, UNO TERRESTRE-ANIMAL Y OTRO EXTRATERRESTRE-HUMANO.
En tiempos remotos visitaron nuestro planeta hombres extraterrestres físicamente iguales a nosotros, pero extraordinariamente evolucionados. Estos hombres en su larguísima evolución habían llegado a una permanente incorporación en ellos mismos de muchos atributos de la divinidad, el Gran Arquitecto y Sublime Alquimista del Universo. Su conciencia había llegado a tan gran altura que para nosotros serían Dioses.
Estos seres dejaron descendencia en nuestro planeta, mezclándose insensiblemente al resto de la humanidad. Estos descendientes llevan en sus genes en estado latente las capacidades de aquellos seres. Los rosacruces son descendientes directos de esta raza superior, son los sacerdotes o depositarios de toda su ciencia. Otros descendientes no iniciados han constituido la flor y nata del mundo como genios, filósofos y reformadores, artistas, etcetera.
Estos “hijos de las estrellas” son los verdaderos y auténticos HOMBRES, en oposición a los ANIMALES HUMANIZADOS de origen terrestre.
Esta dualidad de la especie nos explica sus infinitas anomalías y contradicciones. Nos da mucho que pensar y nos explica el origen mítico de los Dioses que proviene de la más remota antigüedad, nos devela el misterio de JesuCristo, la historia de Caín y Abel, los niños prodigios, la percepción extrasensorial, etcétera.
La humanidad terrestre-animal siempre, ha temido, respetado y odiado a los que llegaron desde fuera. Instintivamente presiente algo extraño y desconocido en ellos, percibe en sus frentes la señal de la divinidad y los reconoce como superiores. Las grandes luchas de la humanidad nos muestran este conflicto entre el oscurantismo animal y la luz divina. El homo sapiens se debate entre dos sentimientos contradictorios con respecto a los extraterrestres: odio y amor. Generalmente los crucifica en vida para adorarlos después de muertos, con la misma insania del loco que ultima a su benefactor. Estos HOMBRES han luchado y luchan tenazmente por elevar el nivel humano, mientras que la bestia sedienta de sangre busca constantemente una víctima propiciatoria para saciar su furor y se ceba en un Jacobo de Molay, un Cristo, un Gandi o un Kennedy.
La Orden Rosacruz inicia a cualquier ciudadano de alta calidad moral y auténtico espíritu de superación EN EL GRAN MISTERIO DE LA TRANSFORMACIÓN DEL ANIMAL HUMANIZADO EN HOMBRE.
Su labor es secreta, ya que debe evitar el ataque de la bestia disfrazada de hombre.
Muy pocos se dan cuenta del verdadero objetivo de la vida, de lo que realmente vale la pena, y qué es conocerse y encontrarse a sí mismo para poder un día contemplarse cara a cara y decir: “éste soy yo”. El ser humano busca la verdad a través de complicadas teorías, y se empapa de toneladas y toneladas de conocimientos, con lo cual logra solamente cubrirse de un barniz de cultura y educación, permaneciendo dentro de su alma tan animal como el hombre de las cavernas. No se da cuenta de que el único lugar donde puede encontrarlo todo es en el interior de sí mismo. Ignora que las, verdades y los secretos más grandes de la vida se encuentran en las cosas más sencillas, jamás en lo complicado, tortuoso y refinado. No se da cuenta de que hay más ciencia, más humanidad, verdad y belleza en una sola lágrima humana que en todas las Universidades del mundo. Solamente el que se conoce a sí mismo puede llegar a un gradual distanciamiento del animal.
La ciencia rosacruz se ha conocido en su vulgar, fragmentaria y mínima expresión con el nombre de Ocultismo.
Los que sonríen escépticamente ante la palabra Ocultismo, ignoran que solamente ha trascendido al vulgo una pequeña parte de su aspecto exotérico. El verdadero conocimiento se encuentra en su lado esotérico, que jamás se ha develado al mundo, y al cual sólo se tiene acceso a través de la real iniciación rosacruz.
Este libro puede ser para muchos la puerta de entrada a una nueva vida, infinitamente más elevada y más humana. Evangelio de San Mateo capítulo 7, números 13 y 14:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos son los que entran por ella.”
“Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre es la más elevada de las criaturas. La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar. El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro. La mujer el corazón.
El cerebro fabrica la Luz; el corazón produce el Amor.
La Luz fecunda; el Amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio.
La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código.
La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa.
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela.
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un Templo.
La mujer es el Sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.

EL HOMBRE
El Homo Sapiens, criatura versátil, contradictoria y pasional, aúna en sí mismo las más disímiles y variadas tendencias. Ora se eleva a las cumbres más excelsas de la bondad, el amor y el sacrificio, o se degrada en las cimas más profundas de la animalidad y el mal. El ser humano es hombre y animal al mismo tiempo y entre estas dos tendencias, la bestial y la divina, el yo se debate en una permanente y continua fluctuación.
Esta dualidad nos obliga a establecer una nueva escala de clasificación humana más allá de la inteligencia, títulos, poder político o riquezas. Esta clasificación se refiere al mayor o menor distanciamiento de la condición animal. La inteligencia no nos dice nada sobre la calidad humana de un individuo, como tampoco su nivel social, cultural o financiero. Un hombre de ciencia, un noble, un político brillante pueden estar más cerca del animal que un labriego ignorante. ¿Qué es aquello que marca esta diferencia de grado humano? Es la conciencia. Mientras más consciente sea un individuo más distanciado estará del animal y viceversa. Este nivel consciente está determinado por la capacidad de un hombre de existir y actuar libre de automatismos psíquicos. La mente sólo trabaja correctamente cuando funciona libre de perturbaciones emocionales, compulsiones instintivas y de todo aquello que distorsiona y empaña el pensamiento.
La conciencia no existe para el hombre vulgar, ya que es una máquina perfecta, total y completa. Solamente al darse cuenta de su estado maquinal se abre para él la posibilidad de llegar a obtener libertad, voluntad y conciencia. El hombre nada hace por propia iniciativa, todo “le sucede” simplemente, tal como llueve, sale el sol y sopla el viento o hay calma. Reacciona ante cualquier situación exactamente como una máquina que al recibir un estímulo inicial realiza un trabajo conocido y delineado de antemano.
Lo que dicta en todo momento las reacciones del sujeto es la grabación de impresiones, experiencias y conocimientos que lleva en sus células cerebrales, y que constituye una especie de cinta magnetofónica que gobernara su conducta. Esta grabación ha sido realizada por influencias externas al individuo, de manera que su personalidad que es el conjunto de grabaciones celulares viene a constituir algo así como una proyección de los valores de la sociedad
EL ESPÍRITU Y EL ALMA
Existe una gran confusión con respecto a lo que es alma y espíritu. Generalmente se les identifica. Veamos lo que dice la filosofía rosacruz al respecto.
El hombre es un espíritu que habita en un cuerpo y que tiene un alma. Espíritu se es, alma se tiene. El espíritu es la parte divina, inmortal y eterna, la chispa divina o emanación de Dios que portamos en lo más profundo de nuestro ser. Ésta es la fuerza de Dios, la luz eterna e inextinguible que nos ilumina en los momentos cruciales de nuestra vida. Podríamos comparar a Dios con una gran masa de agua, que al girar vertiginosamente hubiera desprendido millones de chispas o gotas de agua. Cada una de estas gotas equivale al espíritu de un hombre. Por lo tanto el hombre es un espíritu encarnado en un cuerpo.
El alma es la parte animal inteligente, o sea, lo que llamamos personalidad, que se forma gradualmente como producto de la unión espíritu-cuerpo. Cuando un sujeto tiene pena o sufre un estado de profunda tristeza, generalmente es el alma la que está sintiendo esto. En cambio, cuando alguien dice: “yo soy el que soy” es el espíritu el que se está manifestando.
La meta máxima consiste en realizar el maridaje entre alma y espíritu, para lo cual es necesario cultivar el alma dándole conciencia e inteligencia. Es como un animalito o niño pequeño al cual debemos imponer nuestra voluntad para enseñarle a obedecernos en todo momento, y no ser nosotros los que obedezcamos a la parte animal.
Cuando el alma adquiere conciencia e inteligencia podemos actuar a voluntad con las fuerzas de la naturaleza.
La ley de correspondencia dice: “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”. Aplicándola a este caso particular, podemos afirmar que todo lo que está dentro de nosotros está también fuera y, por lo tanto, aquél que conquiste su naturaleza interna alcanzará también el dominio de la externa.
La alquimia, arte tradicional del ocultismo, enseña a transmutar los metales viles en oro. En el aspecto espiritual esto simboliza la transmutación de las bajas pasiones en virtudes. El alma que se desprende de la escoria de los sentimientos y pasiones desenfrenadas es cual refulgente escudo de oro que acoraza al individuo en contra del mal y la miseria humana.
Como una manifestación del alma podemos apreciar el sello característico que el alma colectiva familiar imprime en todos sus integrantes. Sus facciones no solamente llevan un parecido físico, sino que también algo que llamamos “aire de familia”, algo que se siente en el ambiente al tratar a alguno de ellos. Esta alma colectiva puede convertirse en algunos casos en un verdadero tirano egoísta y pasional que trae desgracia y miseria a los integrantes de este núcleo. Si existe armonía y perfecta unión puede brindarles prosperidad, protección, riqueza y felicidad.
En el aspecto colectivo es interesante observar el alma de un país. Todos sus habitantes tienen una iDiosincrasia similar, una manera de ser especial que no nace de la vida conjunta. Todos los extranjeros que llega son rápidamente tomados por esta fuerza colectiva y adoptan con presteza el aire regional hasta llegar a simular nativos. En esta alma colectiva gravitan todas las emociones, instintos, pensamientos y pasiones del pueblo, y es a causa de esto que para poder triunfar en cualquier sentido, para superar la mediocridad, es necesario elevarse por sobre la vibración de esta alma colectiva, sometiéndose a una férrea disciplina personal.
Así como el ser humano tiene alma, también la tienen los animales, las plantas y aun los minerales, ya que la vida está en todo. Tal como afirma el principio hermético de vibración “nada está inmóvil, todo vibra”.
Al hablar del alma debemos considerar el corazón, centro de la vida anímica y emocional. Grandes loas se han elevado en su homenaje y se considera algo muy acertado actuar según sus dictados. La verdad es que el corazón, mientras no ha sido educado debidamente, es el gran enemigo del ser humano ya que lo empuja constantemente a cometer errores. El corazón es como el alma de un niño, capta inmediatamente cualquier vibración o fuerza que tenga la virtud de impresionarlo e impulsa al individuo a cometer actos de los cuales tendrá que arrepentirse posteriormente. El mundo invisible que nos rodea es un receptáculo donde vibran buenos y malos sentimientos que son captados y tomados como propios por el corazón en momentos de expansión. Posteriormente la mente sufre grave perturbación a causa de estos estados emocionales. Podemos así observar que tanto el amor como el odio son ciegos. Un hombre enamorado lo perderá y sacrificará todo por la mujer a quien ama. El que odia lleva en sí el germen de su propia destrucción.
El amor debe ser guiado en todo momento por la razón, a fin de que sea una fuerza positiva para el individuo. De lo contrario es una fuerza tan ciega como el odio. Desde luego, es infinitamente mejor un hombre que ame a otro, que odie, pero es necesario saber amar. Amar impersonalmente sin egoísmo. ¡Qué pocos conocen el verdadero amor! Una mujer se enamora y cree con esto que ella ama. Generalmente el supuesto amor es un engaño del corazón. Es una embriaguez de magnetismo psíquico que produce una especial euforia a la cual han llamado amor. Cuando se satisface el deseo de posesión y pasa la embriaguez se termina este falso amor. Ésta es la causa común de los fracasos matrimoniales. Una pareja se casa muy enamorada y descubre después de un tiempo que sólo los une el hábito y un contrato civil. Esto es muy natural ya que las pasiones humanas son como el viento que primero sopla y después se calma. Solamente al amor que nace de una perfecta unión entre corazón y cerebro lo podemos llamar verdadero. Este amor es inmortal y eterno porque está dentro del campo vibratorio del espíritu, y todo lo espiritual es sagrado, divino, eterno e inmortal.
La clave de muchos secretos se encuentra oculta entre líneas en lo que hasta aquí se ha expuesto. El que sepa leer y comprender podrá utilizarlas. La sabiduría es incomunicable, solamente se pueden dar las bases para estudiar y realizar.

LA MENTE

La mente es la varita milagrosa del hombre. Es el juguete maravilloso con el que se puede llegar en milésimas de segundo al más lejano planeta, ya que la distancia y el tiempo no existen para la mente. Es una especie de fantástico sombrero de mago de donde podemos extraerlo todo.
Uno de los principios herméticos dice: “todo es mente, el universo es mental”. Al comprender que todo lo que existe en estado material es solamente energía-mente que bajó su onda vibratoria hasta solidificarse, podemos darnos cuenta de la importancia del estudio y educación de la mente. El cerebro es similar a un radiotransmisor que estuviera constantemente emitiendo y captando ondas de radio. Por supuesto las ondas del pensamiento son muchísimo más sutiles y poderosas. Todo pensamiento es energía electromagnética de alta vibración. El cerebro es un poderoso generador de energía, cuya onda vibratoria depende del grado de cultura y desarrollo intelectual del individuo. A causa de esto es muy difícil que un hombre de onda mental larga comprenda a otro de onda mental corta. A veces se originan interminables discusiones entre dos personas que sostienen lo mismo, pero que no se entienden por tener diferente vibración.
En la mente tenemos la puerta de entrada a lo que conocemos con el nombre de cuarta dimensión o plano de la energía. Todo lo que puede ser imaginado por el hombre es una realidad en el plano de la energía y por lo tanto puede llegar a realizarse en el campo material. Al pensar se produce una emisión de energía electromagnética que da origen a un ser poseedor de cierto grado de conciencia que vivirá en el plano energético. Este ser tendrá una conciencia en relación al estado mental y anímico del individuo en el momento en que lo generó, y pasará a constituir un verdadero hijo. Todos nuestros pensamientos habituales son nuestros hijos mentales, que como todo hijo tienen que alimentarse de sus padres. De acuerdo con esto podemos comprender la verdad de aquel aforismo que dice: “según lo que un hombre piensa así es él”.
Estos hijos mentales son los que decidirán el destino futuro del individuo, como asimismo los que le traerán “buena o mala suerte” de acuerdo con su calidad vibratoria. Hay veces en que al encontrarnos con una persona experimentamos una gran tristeza o estado depresivo y esto se debe a que captamos su conjunto vibratorio de hijos mentales, que en este caso particular es de carácter negativo. Ante otras personas nos sentimos alegres y confiados y se nos levanta el ánimo. Es de vital importancia seleccionar cuidadosamente nuestras amistades, evitando en todo momento a los que poseen una irradiación negativa de carácter pesimista o fatalista, ya que en todo encuentro o conversación se produce un intercambio de magnetismo y de materia mental. En el plano de la mente todo pensamiento es algo material, tan concreto como puede serlo una piedra o una silla en el mundo físico. Si pudiéramos ver en el plano mental percibiríamos a cada individuo rodeado de formas mentales acordes a su vibración particular o dominante. En un sujeto pasional o fuertemente instintivo veremos tigres, toros, hienas, etc. Un hombre lleno de amor hacia los demás emitirá constantemente pensamientos en forma de hermosas flores y plantas. Un avaro en cambio semejará un pulpo con gran número de tentáculos. Otro cerrado a toda idea nueva tendrá la forma de un cubo.
Si una persona pudiera en un momento dado concentrar todas sus energías mentales en un solo propósito podría lograr milagros. En la práctica vemos que nuestra mente pasa vertiginosamente durante el día de uno a otro pensamiento, y que no descansa ni siquiera en la noche durante el sueño. Este continuo vagar produce un fantástico despilfarro de energías al producirse en el sujeto un estado de dispersión energética. A fin de formarnos una vida mejor debemos alcanzar dominio sobre la imaginación para no crearnos un destino duro y negativo, ya que todo pensamiento tiende a materializarse. El que imagina que es perseguido por la mala suerte, por ejemplo, se coloca en un estado de negativismo que le acarreará desgracia y miseria. El que se tiene a sí mismo en poca estima, traspasará este sentimiento a los demás, quienes íntimamente lo despreciarán.
Uno de los hábitos mentales más nocivos es aquél de reclinarse en un sillón a soñar, dejando vagar libremente el pensamiento. Esta costumbre equivale a abrir la puerta de la mente al océano de las vibraciones mentales desde donde puede llegar un estado depresivo o de cólera. En el éter que circunda la tierra vibran al igual que las ondas de radio los pensamientos de todos los habitantes del planeta. Nunca puede saber un hombre si lo que piensa se gestó en su propio cerebro o fue captado desde el exterior. Es necesario educar la imaginación para que dé cabida solamente a pensamientos bellos, positivos, y optimistas; a pensamientos de éxito, paz, y prosperidad. De este modo nos pondremos “en onda” con todo lo bueno y positivo cerrándonos a la influencia del mal. Quien sea capaz de mantener un cuadro mental fijo en la imaginación sin que sea borrado por otros pensamientos logrará maravillas, ya que mente es materia y materia es mente, es decir energía y materia son diferentes manifestaciones de mente.
En el campo energético la mente es como un ovoide que circunda la cabeza, ovoide cuyo tamaño estará en relación al campo conceptual del individuo. Este ovoide es igual a un campo cerrado de energía electromagnética que se abre en una determinada dirección al pensar intensamente. Todas las enfermedades y trastornos de la función mental tienen su origen en la invasión de este ovoide por fuerzas malignas o negativas, extrañas al sujeto, verdaderos demonios que se han originado por vicios, malos deseos, malos pensamientos y malas acciones. A fin de aclarar esto debemos examinar someramente lo que ocurre después de la muerte.
Al separarse el espíritu del cuerpo sin vida, se produce también la separación del cuerpo de los principios animales inferiores del hombre, es decir el conjunto de sus pasiones inferiores y malas acciones. A este ser lo llamaremos el "cascarón astral", ya que es como una corteza que recubre el cuerpo astral. Normalmente este “cascarón” se desintegra en cierto lapso de tiempo por falta de energía. Sin embargo cuando este “cascarón” es de gran fortaleza, lucha por sobrevivir y busca sujetos en los cuales pueda introducirse a fin de continuar su existencia en el plano de la materia. Cuando uno de estos entes logra entrar en el ovoide mental de un hombre se produce en éste un marcado cambio de carácter, ya que toma la personalidad inferior e instintiva del difunto a quien pertenecía esta entidad.
Toda clase de obsesiones se producen por esta causa, y si el cascarón es suficientemente poderoso puede llegar a desalojar completamente al espíritu, produciéndose entonces la locura. En otros casos más graves son varias las entidades usurpadoras que se disputan el cuerpo produciéndose locura furiosa. En un elevado porcentaje la insanía es provocada por esta causa.
En algunos casos es posible proceder a la expulsión de estos entes ya que temen al individuo puro, bien posesionado de sí mismo, de fuerte voluntad y carácter magnético o solar. Las sesiones de espiritismo son el lugar donde se manifiestan los cascarones para alimentarse de las energías del médium y de los que forman la cadena de invocación. Es a causa de esto que los mediums sufren de agotamiento nervioso y consunción, ya que están entregando sus energías a estos vampiros del invisible que se burlan de ellos simulando ser espíritus desencarnados. Los grandes engañados y perjudicados son los que asisten a estas sesiones creyendo sinceramente que se materializan los espíritus de los difuntos. Sin darse cuenta están haciendo un gran daño al mantener con vida a estas entidades que al absorber parte de la conciencia de los asistentes quedan capacitadas para actuar conscientemente haciendo el mal.
Cuando la ciencia compruebe la existencia de estos seres, se habrá dado un gran paso en el tratamiento de la locura, obsesiones, y enfermedades nerviosas y mentales.
Todas las enfermedades se originan en la mente y sólo después de cierto período llegan a manifestarse en el cuerpo físico.
LOS DESEOS
Múltiples y variados son los deseos que se originan en el ser humano. El desear algo es tan habitual y natural como respirar. El deseo es otro de los caminos a través de los cuales el hombre despilfarra su energía mental. Si nos observamos atentamente veremos que en un solo día deseamos infinidad de cosas sin mayor importancia. Si nos abstuviéramos de estos deseos fútiles y concentráramos nuestras energías en una sola cosa, nos sería mucho más fácil lograr lo que queremos, ya que el deseo es una poderosa fuerza atractiva que actúa tal como un imán que atrajera hasta nosotros lo que queremos.
El deseo es una de las fuerzas que mantienen al ser humano atado a la materia, ya que éste es esclavo de sus propios deseos. A fin de liberarse de estás ataduras, debe educarse a sí mismo para concebir solamente deseos de elevado orden que son los que nacen del espíritu, y que, lejos de esclavizar, liberan y elevan.
Hay deseos insatisfechos de orden instintivo y anímico que se convierten en una obsesión y que pueden conducir a la locura.
Tal como en el caso del pensamiento, el deseo es una fuerza creadora que da vida en el campo energético a un ser cuya vibración será acorde a la calidad del deseo.
Estos hijos invisibles se alimentan de su creador y no se separan de él hasta que toman vida en la materia o se agotan. Los deseos puramente pasionales e instintivos son verdaderas sanguijuelas que se adentran en la psiquis succionando la vitalidad.
Un vicio es un deseo desmedido e incontrolado, es decir, una formación de energía electromagnética que adquirió conciencia. Este ente-deseo solamente podrá mantener su existencia si recibe en forma regular cierta cantidad de energía que solamente podrá provenir de la satisfacción del deseo. Debido a esto cuesta tanto vencer un vicio determinado, ya que para lograrlo hay que desintegrar por medio de la voluntad esta coagulación negativa. Los vicios se transmiten fácilmente, ya que en muchos casos ocurre que un ente-deseo al no lograr arrastrar a su padre nuevamente al vicio, busca un campo más propicio en otro sujeto. Un abstemio puede transformarse de la noche a la mañana en un bebedor consuetudinario. Los incubos y súcubos son solamente entes-deseos de gran vitalidad, vampiros que buscan constantemente víctimas para poder alimentarse.
Hay ciertos individuos dignos de lástima que son verdaderos receptáculos de variados entes-deseos, donde cada cual lucha por su existencia y trata de devorar a sus congéneres. Estos hombres viven dominados por fuertes y contradictorias tendencias que se ven obligados a seguir para estar tranquilos, ya que estos vampiros les dejan un cierto respiro después de recibir su alimento.
No es posible establecer hasta qué punto la función mental se ve impedida por la acción de estas criaturas, pero sí es posible afirmar que un alto porcentaje de las decisiones y tendencias del hombre están dictadas por estos ladrones que interfieren el pensamiento con sus vibraciones pasionales. Como un ejemplo interesante citaré el vicio del cigarrillo que da nacimiento a una particular entidad formada por la energía del tabaco al arder y el placer experimentado por el fumador. Esta entidad provoca constante inquietud al fumador, inquietud que sólo logra apaciguar al encender un cigarrillo.
Basándose en este ejemplo pueden los lectores analizar otros entes-deseos de carácter más delicado que mantienen esclavizados a sus creadores.

EL SEXO
El sexo es la vida. En él se encuentra el misterio de la vida en el hombre. Podemos considerarlo como el mantenedor de la llama vital en todo el cuerpo. Cuando se agota sobreviene la muerte. Exotéricamente se considera al sexo solamente como un centro del cuerpo destinado a la reproducción y que por ende produce la diferenciación entre macho y hembra. Esotéricamente podemos considerarlo como un poderoso centro acumulador y productor de energía electromagnética que vibra continuamente en una forma similar a la electricidad. Esta energía emana directamente de la causa primera de todo origen, o sea Dios, y su misión es el mantenimiento de la vida. Es por esto que la vida emana del sexo y desde allí se transmite a los diferentes centros del cuerpo.
Nada menos que el misterio de Dios se oculta en el sexo, al ser éste capaz de crear y traer a la vida un nuevo ser humano que porta en su interior la chispa divina. Si Dios es nuestro padre, necesariamente tiene que manifestarse a través del sexo.
Como producto de la educación religiosa existe actualmente un concepto peyorativo del sexo que simboliza muchas veces algo obsceno y perjudicial para el individuo. Esto ha sido la causa de innumerables aberraciones de la libido. Es necesario devolver al sexo su verdadero papel de mantenedor de la vida y separarlo definitivamente del “pecado original”.
La educación sexual es importantísima ya que es indispensable que el ser humano aprenda a usar de su sexo conscientemente para crearse una vida mejor. Tanto hombres como mujeres sufren las consecuencias de su escasa educación sexual cuando llegan al matrimonio con errados y añejos conceptos, que los imposibilitan muchas veces para lograr una verdadera armonía sexual.
Esta falta de educación se manifiesta especialmente en la juventud, que por carecer de una adecuada guía psicológica sufre variadas desviaciones de la libido. Muchos se entregan a vicios solitarios y otros piensan que la mayor muestra de hombría es entregarse a una actividad sexual desenfrenada. De esto tienen en gran parte la culpa los padres, para quienes generalmente es “tabú” hablar de sexo delante de sus hijos. Esto los obliga a investigar por su propia cuenta, formándose en la mayoría de los casos complejos e inhibiciones de diversa índole.
Algo curioso es la poca importancia que se le concede al aspecto sexual, considerando que es el oculto móvil de una gran parte de las acciones humanas, como muy bien lo supo comprender Freud.
Según el principio hermético de generación, la vida es una eterna y continua generación. Nada puede existir sin que haya sido creado por dos fuerzas, una pasiva o femenina y otra activa o masculina. En el hombre se manifiesta con plena fuerza la parte activa o positiva de la energía creadora y es a causa de esto que no tiene control de sus estados instintivos, que en ciertos momentos lo sitúan en un nivel cercano al del animal que procrea impelido por corrientes magnéticas.
El sexo es el gran productor, regulador y director de la vida, pero es también el gran hipnotizador que mantiene a la especie humana en el estado maquinal del cual hemos hablado en páginas anteriores.
Dice la Biblia que la serpiente tentó a Adán y Eva para que comieran el fruto prohibido, y que a causa de haber cedido a la tentación fueron expulsados del paraíso. El paraíso simboliza aquel estado en que el hombre estaba en contacto permanente con su propio espíritu. La expulsión del paraíso representa la pérdida de contacto por la entrega a las pasiones desenfrenadas. Al entregarse el hombre a las pasiones y hacer uso de su sexo indiscriminadamente fue perdiendo poco a poco la facultad de percibir la realidad, ya que sus impresiones sensoriales fueron tantas y continuas que perturbaron su función mental.
Es curioso el simbolismo bíblico de la serpiente como causante directa de la expulsión del paraíso, ya que en esto se oculta un secreto relacionado directamente con la triste condición de máquina del hombre. Es muy conocida por los amantes de la literatura hindú y del yoga la importancia que se le concede a Kundalini o a la serpiente “dormida”. Se dice que es la energía que yace en estado latente en la base de la columna vertebral y que cuando se puede lograr el despertar de esta energía proporciona toda clase de mágicos poderes. Se ignora, sin embargo, que es justamente esta energía la que está actuando dentro del ser humano para mantenerlo hipnotizado e impedirle ver la realidad.
Cuando el hombre recién empezó a evolucionar como tal en la tierra, estaba dirigido por un espíritu colectivo que dirigía la propagación de la especie impulsando a las parejas a unirse en ciertas épocas del año únicamente.
Cuando adquirió el poder de procrear a voluntad en cualquier momento, se liberó del espíritu colectivo y empezó a tener cierto grado de independencia y libre albedrío.
Desde el momento en que el objetivo del acto sexual es el procrear un hijo, es un acto de creación, y da nacimiento cada vez que se ejecuta a una fuerza, buena o mala, de acuerdo con la calidad de la unión que se ha producido, es decir. si ha sido puramente animal o espiritual.
Cuando se produce solamente una unión de cuerpos y no de almas que es lo común, es lo mismo que si se produjera mecánicamente el estímulo de los centros sexuales originándose una perpetua insatisfacción. Solamente en la simultánea unión de cuerpos y almas reside el verdadero goce íntimo, espiritual y divino en la verdadera unión sexual. Ésta es la diferencia entre pecar y no pecar, en este problema. Pecan solamente aquéllos que se unen animalmente.
No basta que un matrimonio haya sido legalizado por la iglesia para que esté en gracia de Dios, ya que para la naturaleza no existen las leyes humanas. Desde el punto de vista de la naturaleza, que es perfecta, es un matrimonio toda pareja en la cual se haya formado el Aura matrimonial, que es la unión en los planos invisibles de sus cuerpos etéricos. Cuando no existe esta aura matrimonial, un matrimonio puede estar cien veces legalizado y bendecido por la iglesia, pero será una falsedad y una mentira, ya que habrá solamente un acoplamiento de cuerpos. Para los neófitos explicaré que el doble etérico es un cuerpo de materia sutil que existe en forma invisible y que va indisolublemente ligado al cuerpo físico, siendo su exacta réplica. Todas las alteraciones que se producen en el doble se manifiestan inmediatamente en el cuerpo.
Todo lo sexual gira en torno de una cosa: el magnetismo etérico. En todo contacto sexual hay un gran intercambio de magnetismo entre el hombre y la mujer. Esta vibración magnética influye poderosamente en la felicidad o desgracia del individuo. Una persona que tiene una vibración magnética de mala suerte, pesimismo, desgracia e infelicidad la transmitirá en el momento de la unión.
El magnetismo es el que produce la atracción sexual y el “enamoramiento”, y esto es lo que representa el símbolo de Eros o Cupido. Es a causa de esto que muchos supuestos enamoramientos terminan en forma repentina al producirse la descarga magnética ya que el amor en su vulgar manifestación es solamente una embriaguez o saturación de magnetismo etérico. Por supuesto que esto no es el verdadero amor, solamente es una condensación magnética.
En el terreno de la atracción amorosa mientras más magnetismo posea una mujer, más atraerá al sexo opuesto, aunque su físico sea poco agraciado. Lo que se ha llamado “sex appeal” es el poder atractivo del magnetismo que se manifiesta en una forma invisible e impalpable. Es corriente ver mujeres muy bellas que no tienen poder atractivo sobre el hombre por carecer de magnetismo etérico sexual.
Hay personas que por herencia, por llevar una vida sana, y por disfrutar de mucho autodominio son grandes acumuladores de magnetismo, son verdaderos imanes naturales con poderes atractivos, tanto en lo económico como en lo sentimental.
Hay mujeres en cambio que viven siempre huérfanas de amor a pesar de ser agraciadas físicamente, porque les falta el poder magnético atractivo. Si llegan a contraer matrimonio no son capaces de retener al hombre por mucho tiempo y éste termina abandonándolas.
Voy a dar aquí algunas clases para que tanto hombres como mujeres puedan formarse un caudal de energía electromagnética que les ayude a triunfar en la vida.
El poder magnético sexual se pierde por tres cauces principales que es necesario eliminar a fin de que se produzca una gradual acumulación. Estos cauces son: emociones negativas, deseos desenfrenados, y estados imaginativos negativos.
Existe una estrecha relación entre el estado emocional y el instintivo. Una mujer que atraviesa por una crisis de celos, por ejemplo, está derrochando su magnetismo en forma desmedida, con lo cual pierde su atractivo ante el hombre y se envejece prematuramente, porque la vida se está yendo de ella. La mujer celosa, irritable y dominante expulsa toda su energía sexual a través del corazón quedando gradualmente vacía de atractivos.
Para que una mujer pueda atraer poderosamente a los hombres debe conseguir antes que nada un gran dominio sobre los sentimientos, a fin de que el corazón no disperse el magnetismo producido y acumulado por el sexo. Una vez alcanzado el dominio sobre su ser anímico debe alcanzar control sobre su ser instintivo y su imaginación. Logrado esto, tendrá todo al alcance de la mano. El hombre, por el contrario, debe dedicar preferente atención a la educación y dominio de su aspecto sexual, que es su punto débil o lado flaco.
En la educación de los deseos encontramos también una gran fuente de energía. Si una persona rehusa la satisfacción de un deseo en forma transitoria y logra mantener viva esta corriente de fuerza, consigue con esto aumentar su caudal de energía magnética. Ilustraré esto con un ejemplo: un sujeto recibe una muy buena noticia. Su primer impulso es correr a contársela a sus amigos y familiares. Si pospone conscientemente este deseo durante algunos días, acumulará cierta cantidad de magnetismo.
Imaginativamente es necesario lograr cierto estado de control que elimine los cuadros negativos y morbosos, dando cabida solamente al optimismo y la alegría.
El hombre que desea atraer a una mujer debe ser sincero, galante, comprensivo, fuerte pero sensible, masculino y viril. Debe tener una mente poderosa y despierta, ya que si en la mujer la belleza está en el físico y en el alma, en el hombre está en su inteligencia. Mientras más inteligente es un hombre más bello aparece a los ojos de una mujer.
La mujer busca antes que nada apoyarse en el hombre, en todo sentido y por lo tanto él debe estar presto a suministrarle la fuerza de la cual ella carece. El hombre y la mujer encarnan los dos grandes principios de Fuerza y Belleza.
La mujer que quiere atraer y retener a un hombre debe desarrollar las siguientes cualidades profunda femineidad, dulzura, comprensión y belleza del alma. Debe ser esposas amante, amiga, hermana y madre. En ningún momento debe sentirse el hombre atado a su compañera o privado de su libertad.
La clave de la felicidad en las parejas reside en la tolerancia mutua, estando más dispuestos a dar que a recibir.
Sin embargo, a fin de que pueda existir una perfecta armonía sexual en una pareja es necesario borrar o eliminar todas aquellas heridas instintivas y anímicas que han recibido en el transcurso de sus vidas. Éstas son las que causan el mayor porcentaje de fracasos matrimoniales. Es corriente, por ejemplo, ver al hombre que ha sido muy mimado por su madre en la niñez buscar una mujer que asuma dicho papel, a la que exige las mismas atenciones que la madre al hijo. También es común el caso de la mujer que busca un sustituto del padre. En esto influye mucho la primera experiencia sexual, que es la que marca el rumbo de la futura vida. El hombre que se ha iniciado con una prostituta por ejemplo, buscará al contraer matrimonio una mujer equivalente a las vendedoras de amor.
Si en el hombre es importante la primera unión sexual, en la mujer marca esta primera comunión el verdadero y decisivo rumbo que seguirá su vida posteriormente, marca su felicidad o desgracia, ya que la mujer en estado virginal es semejante a una página en blanco que estuviera esperando ser escrita.
Un caso muy común es aquél en que la mujer ha llegado muy ilusionada a la noche de bodas, pero que ha sido brutalmente poseída por un hombre instintivo y pasional, lo cual ha creado en ella una profunda aversión subconsciente al hombre. Si posteriormente busca la felicidad con otro, surgirá siempre el fantasma de su primera experiencia, que puede llegar a provocarle una completa frigidez.
Otra desviación de la libido muy frecuente en la mujer es el autoerotismo, o sea cuando busca excitarse a sí misma por medio de imágenes eróticas de celo para multiplicar el placer en el acto sexual. Lo mismo busca aquélla que provoca riñas para entregarse al hombre en el momento supremo y pasar bruscamente al deleite amoroso.
Todos estos refinamientos o complejos sexuales deben ser borrados del subconsciente por una higiene mental adecuada y por medio de una rígida auto-disciplina. Cuando la voluntad no sea capaz de conseguir esto, debe someterse el afectado a una persona que sepa cómo borrar estas impresiones de sus neuronas cerebrales, lo que en casos difíciles puede lograrlo solamente un psiquiatra iniciado en el gran misterio de la mente.
Las imágenes eróticas de una mujer influyen de tal modo en su compañero que éste puede llegar a engañarla si la mujer lo imagina, ya que le traspasa su vibración imaginativa obligándolo a actuar así.
Una vez desaparecidas todas las grabaciones negativas se produce una unión natural, sana y equilibrada que es la única que lleva a la armonía y a la felicidad.
Otro caso que debo citar por la importancia que reviste, es el de la mujer masculina.
La masculinización se produce en una mujer cuando ésta se une a un hombre débil de carácter y ella es fuerte y dominadora. Poco a poco se va haciendo más activa y masculina, y el hombre, más tímido y apocado, ya que ella le va absorbiendo todo el magnetismo masculino dejándolo solamente con magnetismo pasivo o femenino. Lo masculino que esta mujer absorbe va desarrollando en ella marcadas características masculinas: fuerza, poder y dominio, agresividad, impulsividad, don de mando, audacia y decisión, y el hombre se va haciendo cada vez más femenino, hasta que llega el momento en que es incapaz de tomar decisiones y le entrega totalmente las riendas del hogar a la mujer. Si este matrimonio tiene hijos varones, también serán ellos víctimas de este torbellino de absorción en que se ha transformado esta mujer, y caerán totalmente bajo su influjo acusando marcadas características femeninas, ya que su magnetismo masculino ha sido tomado por la madre. Esta absorción puede llegar a conducir a estos niños a la inversión sexual.
Ni el hombre ni la mujer se dan cuenta de que exhiben en su carácter ciertos rasgos pertenecientes al sexo opuesto. El hombre, por ejemplo, muestra los siguientes aspectos que deberían ser privativos de la mujer: celos, indecisión, miedo, volubilidad, pasividad e histeria, por citar solamente algunos; la mujer, ansias de dominar al hombre, deseando transformarlo y poseerlo.
Todo esto oculta un gran secreto de los muchos relativos al magnetismo, y este secreto es que tanto el hombre como la mujer tienen un cierto porcentaje del sexo opuesto.
Los verdaderos y sinceros estudiantes sabrán comprender este arcano en toda su magnitud.
El correcto empleo del sexo es la base del desarrollo espiritual oculto. Causa lástima ver a todos aquellos aprendices de ocultistas que creen que basta cantar mantrams, hacer respiraciones yogas o entonar plegarias al altísimo para alcanzar la iluminación. Es sensible igualmente ver a aquéllos que buscan el desarrollo a través de ciertas tradiciones hindúes que imponen el celibato a los hombres, como medio de alcanzar supuestos poderes mágicos, terminando muchos de ellos por feminizarse o invertirse por haberse despolarizado magnéticamente.
Prosiguiendo con el tema de lo sexual es necesario denunciar el crimen que se comete contra criaturas durante el período de embarazo de la mujer, ya que ésta continúa teniendo relaciones sexuales con su marido después de haber quedado encinta. Aquel ser que está dentro de la madre recibe en ese momento una fuerte corriente de energía sexual que queda profundamente grabada en su frágil naturaleza, provocando después de su nacimiento un despertar sexual prematuro y toda clase de desequilibrios emocionales, como asimismo la inversión sexual.
En este delicado período la mujer debería abstenerse de todo tipo de emociones fuertes, de disgustos y malos ratos y alejarse de ambientes depresivos. Es sensible que el hombre no haya estudiado a fondo el arte de mejorar su propia especie, dedicándose en cambio a perfeccionar algunas razas de animales.
Para terminar este capítulo daremos la clave del magnetismo sexual:
·     El hombre es lo activo, aquello que da, aquello que busca y necesita estar dando continuamente.
·     La mujer es lo pasivo que busca continuamente absorberlo o tomarlo todo dentro de ella para concebirlo.
·     Él es el creador y ella la coaguladora.
·     Estas dos fuerzas dan origen a una tercera que es el hijo.
·     De la unidad nace el Binario y posteriormente el ternario.
·     El Binario para alcanzar la perfección debe convertirse en unidad

LOS MISTERIOS DEL SEXO
Los elementos que intervienen en la concepción y el nacimiento son cuatro: el cuerpo, la imaginación, la forma y la influencia.. El hombre surge del cuerpo del hombre; la imaginación es la que dota al niño de razón, moviendo al niño hacia las cosas superiores o inferiores; la forma es la que fuerza al hijo a parecerse a sus padres; finalmente, la influencia es la que determina la salud o la enfermedad del cuerpo.
El hombre sabe que la naturaleza animal está dividida en dos grandes clases: varón y hembra. ¿Pero cuales son los principios espirituales que explican esta división?. ¿Cuales son los procesos interiores que producen los gérmenes de la vida?.

EL ORIGEN DEL SEXO.
El espíritu inmenso contiene en su seno todo lo que existe o puede existir. Por tanto, contiene los elementos primordiales del sexo. De la “idea divina” se manifiestan las primeras pulsaciones del pensamiento mediante el movimiento de la acción y la reacción, de la inspiración y la expiración. Estos dos modos de movimiento constituyen los atributos espirituales del sexo. A este espíritu biuno los cabalistas le llaman Amor y Saber. El Amor, como rayo negativo o femenino, es apacible y trata siempre de envolver. El Saber es positivo, masculino, en perpetua solicitud y se mueve en línea recta. De esta acción dual de las potencialidades espirituales nace la espiral o movimiento de la vida y símbolo de la eterna progresión.
El átomo espiritual en su condición primordial (el Yo central) contiene los elementos primarios del sexo, pero en estado latente. No hay amor, ni saber, no hay felicidad porque desconoce lo contrario, ni movimiento porque no sabe que es el reposo. La potencialidades internas del sexo del Yo central se despliegan como consecuencia de su evolución ( o estados por los que pasa). Cuando el sexo transpira en el seno del Yo divino se queda preñado con la forma dual y nacen las Almas gemelas (los elementos masculino y femenino de su ser), representados en el Génesis como Adán y Eva, ignorantes del bien y el mal. Estas almas (masculino y femenino) contienen cada una parte de la otra, y unidas forman el Yo atómico absoluto. Pero después de diferenciadas son tan eternas e inmortales como el Yo del que han surgido. Constituyen la idea divina de un padre deífico (el Creador), idea creada en el seno del Yo divino. Son la expresión del amor y el saber sobre la tierra.
Ciertos cabalistas afirman que la unión entre hombre y mujer en la tierra es obra del Yo, de donde surge su santidad. Por lo tanto, el hombre o mujer que no produce fruto aquí comete un crimen irreparable. El hombre y la mujer durante la cópula ascienden del grado físico al espiritual, la elevación del corazón y la mente del Amante y la Amada al sacrosanto Shekinah (la gloria visible de Jehová descansando en su trono). En  ese momento, el de la cópula, dos espíritus se funden e intercambian constantemente de cuerpo y, también se intercambian los sexos: el varón no se porta con la hembra ni como varón ni como hembra, sino que ambos son las dos cosas a la vez. Por eso se afirma que el hombre está compuesto por un mundo superior, que es masculino, y un mundo inferior que es femenino.

NATURALEZA Y FUNCIONES DEL SEXO.
Así pues, hemos visto como la divina mónada o Yo, en su evolución, se transforma en trinidad (Yo, masculino y femenino). ¿Cómo arranca el sexo del Yo? Es la manifestación de  su espíritu, que es su naturaleza. Sus funciones son el movimiento espiral de sus fuerzas evolutivas que despierta y redondea sus posibilidades latentes.
El macho y la hembra existentes en la naturaleza son las representaciones del amor y del saber. La mujer es el centro del amor, la mansa, dócil y amable naturaleza que atempera al positivo espíritu de agresión del hombre. Es la naturaleza de la mujer está el cuidar y el afecto maternal. Físicamente es la porción más débil del alma dual, pero espiritualmente es mas fuerte que el hombre, el cual se convierte en un dócil medio en sus manos y es manejado por sus sutiles poderes y recursos. ¿Porqué? Pues el macho tiene que estar ligado a la hembra para tener el yo perpetuamente consigo (al parecer la hembra lo tiene). Ya puede ser el macho una lumbrera intelectual, que si le falta el consejo de la hembra no encuentra el camino de la vida verdadera. Un hombre sólo está completo cuando se une a una mujer de la tierra. Es decir, una doctrina machista surgida de  la rancia moral judeocristiana.
El amor es el espíritu vivificador del mundo, lo que mantiene unido al universo. La definición del perfecto amor hombre-mujer es el encuentro del amante y la amada, por el que la amada se transforma en amante. La conversión de un ser en otro. Por debajo del amor humano está el de los animales, los elementos, los cuerpos celestes…que se sienten atraídos unos por los otros (¿El amor es igual a la fuerza de la gravedad?). La voluntad del hombre es eléctrica, penetrante y destructora; la de la mujer es magnética, atractiva y formativa. Son los polos opuestos de las fuerzas creadoras de la naturaleza.

LA RELACIÓN DE UN SEXO CON EL OTRO.
En un principio la clase de parentesco entre las dos Almas gemelas era de de hermano-hermana, después devino como hombre-mujer. El amor no es la sensación física producida por la atracción animal de sus naturalezas divinas, sino de las hondas y mudas emociones del alma, es lo que llamamos amor espiritual, que no debe ser rechazado ni reprimido por consideraciones humanas, al contrario. Cuando dos almas gemelas se encuentran y se reconocen, nada físico del mundo podrá impedir  su amor espiritual y su continua presencia envenenaran y corroerá todo cuanto se refiera al afecto efímero por otro. Si una mujer se casa en estas circunstancias, los hijos que tenga recibirán los gérmenes de la vida espiritual del alma ausente, y su marido externo sólo aporta las condiciones físicas para traer los hijos al mundo. Perro el padre real será el alma gemela, el cónyuge espiritual, por lo que el marido será un cornudo espiritual; muy a menudo los hijos se parecerán al padre anímico.
El espíritu de una mujer embarazada es tan fuerte que puede influir y cambiar el fruto de su vientre, como el alfarero modela su arcilla. Dios dejó al hombre que propagara libremente su especie. El hombre de acuerdo con su voluntad puede engendrar un hijo, transmitir su semilla o no. Dios plantó la semilla en la imaginación del hombre. Si es  voluntad del hombre, aparece el deseo en su imaginación, y el deseo produce la semilla (¿Y si la mujer es estéril?). Pero el hombre por sí sólo no puede inflamar su deseo, debe aparecer una mujer que lo incendie. A partir de ahí, ya sólo depende del hombre si quiere asirse a esa mujer o no. Lo mismo ocurre a la mujer. Cuando ve a un hombre, si éste se convierte en su objeto, la imaginación de la mujer se fija en él, y si es su deseo, se vuelve pletórica de semillas, de lo contrario, no produce semillas. Cuando un hombre y una mujer lo desean se produce el fenómeno más importante de las relaciones de un sexo con el otro: el coito.
La forma externa del hombre y mujer es causa de los secretos principios del interior, de la fuerza espiritual que han creado su cuerpo. Un alma macho no puede venir al mundo revestida de una forma femenina y viceversa. Los seres humanos se reproducen mediante los fluidos seminales, os más etéreos de las secreciones físicas, donde se encuentra la quintaesencia de la naturaleza humana. Los órganos sexuales tienen sus funciones y utilidad, sino no estarían. No utilizarlos supone un grave daño físico y espiritual.   

DIOS
Dios es Todo. Todo lo que existe y lo que no existe está dentro de Dios. Nada puede existir fuera de Él. Desde el punto de vista hermético denominaremos a Dios la gran mente universal, o sea, la esencia de la cual todo ha salido y a la cual todo volverá. El principio vital que se encuentra tanto en el mineral, el vegetal o el hombre. Todo lo que existe en el Universo, sea materia o energía, está formado en esencia por mente, la energía única, infinita y eterna que se manifiesta en lo infinitamente pequeño y en lo infinitamente grande. Como todo lo que existe ha salido del todo, éste es cual matriz que posee en él la forma de todas las cosas. El Todo es la realidad sustancial que se oculta tras todas las manifestaciones de vida. Es el gran padre-madre que se creo a sí mismo, que ha existido siempre y que siempre existirá.
Dios creó la vida para crecer en conciencia e inteligencia, que capta a través de las múltiples experiencias del hombre, que es la manifestación más perfecta de esta esencia universal. En el Universo entero vemos que todo está en un continuo flujo y reflujo, todo cambia y evoluciona, todo nace y todo muere, pero la energía substancial o mente crece constantemente y se expande hacia lo infinito manteniéndose inmutable en su esencia.
Dios es infinito, eterno, absoluto e inmutable y por lo tanto todo lo finito, mudable y transitorio no puede ser el todo, y como en realidad nada existe fuera del todo, lo que es finito o transformable “no es nada”, o sea, es ilusorio. De allí que el Ocultismo sostiene que “todo es ilusión”, ciertamente que en relación a lo absoluto, ya que con relación al hombre es real todo lo que él percibe a través de sus sentidos.
Igualmente en relación a la conciencia del hombre todo es ilusión. Desde el punto de vista de lo absoluto, por ejemplo, el tiempo no existe, pero vemos que para el hombre es una realidad. El Universo está compuesto por realidades relativas y realidades absolutas.
Esto se explica porque todo es materia y al mismo tiempo todo es energía. La materia no es otra cosa que energía en un estado vibratorio más denso. Materia y energía representan los dos polos de la manifestación de la mente. Materia como la vibración más densa y espíritu como la más sutil.
Todo el Universo es una creación mental por la cual podemos afirmar que existimos dentro de la mente de Dios.
Desde el momento en que reconocemos que Dios es Mente y que la mente se manifiesta en el hombre, comprendemos la posibilidad que tiene de llegar a unirse a aquella gran inteligencia.
Éste es el estudio del Ocultismo: la educación del individuo para que pueda manifestar en toda su potencia la chispa divina que lleva dentro de sí mismo, o sea, la parte de la gran mente universal que vive dentro de él.
La concepción de Dios es tan vaga y absurda para la generalidad de las personas, que debe ser difícil para ellas el comprender a Dios en la forma bajo la cual lo hemos presentado que es la única que la razón, la lógica y la ciencia permiten.
Los ateos que no creen en Dios son dignos de compasión ya que niegan su propia existencia, niegan el aire, el sol y la vida.
El concepto más difundido de Dios es el de un viejito de barba blanca que se encuentra en el cielo, cielo al cual van todos los que no han pecado y donde elevarán eternamente alabanzas al Señor.
Esta idea está muy bien para todos aquellos perezosos que no quieren molestarse en pensar acerca de Dios o acerca de sí mismos y que prefieren aceptar los diferentes dogmas que les dan las religiones. Aquél que desea llegar a conocer a Dios plenamente debe dedicarse a estudiar todas sus manifestaciones a fin de llegar a comprenderlo en esencia. Desde el momento en que el hombre es la manifestación más perfecta de la Gran Mente Universal, es necesario que emprenda un concienzudo estudio de sí mismo para llegar a conocer a Dios en la medida en que su estado conceptual se lo permita.
“La clave maestra para el estudio y conocimiento de Dios es el aforismo hermético "todo es mente, el Universo es mental".
Si llegamos a comprender claramente que “todo es mente” habremos dado un gran paso adelante en la investigación de los misterios de la vida. Esta energía que llamamos Dios se manifiesta en forma de una doble fuerza, creadora por un lado y destructiva por otro. Una y otra se equilibran mutuamente. La fuerza creadora está permanentemente creando y dando vida, generando. La fuerza destructiva busca en todo momento destruir para dar origen a formas de vida más perfectas. Aquello que el vulgo llama el diablo no es otra cosa que la contraparte o sombra de Dios. Si aplicamos el aforismo hermético que dice: “como es abajo es arriba y como es arriba es abajo” podemos ver que el Universo entero, con sus planetas, galaxias, soles, Dioses, etc., se encuentra en una forma equivalente dentro del hombre, y con más razón la fuerza creadora y destructiva.
Al orar, el hombre se pone en contacto con la energía de Dios que está dentro de él y de ahí que es absurdo pretender encontrar a Dios en lo externo, cuando se encuentra dentro del hombre. Todo lo positivo emana de la energía creadora de Dios. El amor, la alegría, el optimismo, la serenidad, el deseo de ayudar a los demás, son manifestaciones de la divina fuerza generadora. El desaliento, el pesimismo, las ideas negras, el odio, los celos, el amor posesivo, son manifestaciones de la fuerza destructiva o desintegradora. De ahí la importancia de ponernos en contacto solamente con la parte generadora de Dios, para poder evitar la acción de la fuerza desintegradora que es la que provoca la vejez y la decrepitud. La melancolía y la tristeza, por ejemplo, son fuerzas poderosamente destructivas que van minando poco a poco la reserva de energías positivas del organismo, hasta llegar a producir enfermedad y muerte. La alegría, en cambio, es una poderosa fuerza positiva con la cual debemos procurar ponernos en contacto en todo momento. Debemos regocijarnos con las cosas simples de la Naturaleza, gozar con el aire fresco de las mañanas, el canto de los pájaros y el florecer de los árboles.
La Naturaleza es la manifestación de la parte femenina de Dios en la tierra, la abundancia, la fuerza concebidora, el poder pujante de la vida lujuriosa. Todos los secretos más grandes de la vida están en la Naturaleza, y ella es como un libro abierto para quien sabe leer en él, para quien sabe penetrar en el arcano de sus múltiples manifestaciones. La Naturaleza es nuestra amante madre que en todo momento vela por el bienestar de sus hijos, pero el hombre al quebrantar sus leyes se pone en contra de ella y pierde su protección. Entre el vulgo existe la equivocada creencia fomentada por ciertas religiones de que Dios nos castiga cuando pecamos, y estas religiones van todavía más lejos, arrojando al infierno a quien no comulga con su dogma. Dios, como fuerza espiritual de toda vida y todo amor, está constantemente iluminándonos, tal como el sol alumbra al pecador, al santo o al criminal, y llega con su luz a todos por igual. ¿Es que puede acaso existir Dios como una entidad vengativa y de cambiante humor cuyo favor puede conquistarse con plegarias? Dios como fuente infinita de vida y amor busca en todo momento nuestra evolución espiritual y nuestro bien, pero como creador y mantenedor de la vida ha puesto en movimiento una serie de leyes que son indispensables para el mantenimiento de la vida, y el hombre al quebrantar estas leyes quiebra la armonía de la vida que hay dentro de él, y encuentra el dolor y la miseria, es decir, se castiga a sí mismo al ir en contra de la Naturaleza. Es curioso el olvido en que se mantiene a Dios en todo momento, recurriendo a Él solamente para pedir egoístas posesiones materiales o para realizar deseos pasionales de todo tipo. En caso de una guerra o de cualquier catástrofe de magnitud, ya sea ésta personal o colectiva, todos claman inmediatamente a Dios y apenas esta catástrofe pasa se olvidan nuevamente de Él para entregarse a los placeres materiales. Sin embargo, intuitivamente el deseo y anhelo más profundo de cada ser humano es el de unirse a Dios, o sea, de encontrarse a sí mismo. Unos buscan la senda del misticismo y el dominio de los deseos y otros eligen el terrible camino de la embriaguez sensual y material. Desde el criminal al santo, desde el sabio al mendigo, todos buscan instintivamente encontrarse a sí mismos y tienden hacia una unión con la divinidad.
La única manera sabia de encontrar a Dios es por la práctica de las más altas virtudes espirituales, practicando el amor hacia todos los seres humanos sin distinción de casta o color, sirviendo y ayudando al prójimo en la medida de las propias fuerzas, siendo tolerante, respetuoso, buen ciudadano, buen amigo, buen padre y buen hijo. Practicando todas las virtudes a que puede aspirar el hombre como representante de Dios en la tierra, pero practicándolas de corazón sin convertirse en sepulcros blanqueados como aquéllos que se adornan con grandes virtudes mientras la podredumbre y el mal anidan en su alma.
Que recuerde el que desee encontrar a Dios que la mayor sabiduría que existe es “amaos los unos a los otros”, que recuerde que mientras más grande sea, mayor deberá ser su humildad para ayudar y alternar con el prójimo. Que no olvide jamás que el orgullo, la vanidad y la soberbia son los enemigos por excelencia del ser humano.










A Dios se llega solamente por una puerta que dice en su frontis: amor y servicio.













Cuadro de texto: ORDEN ROSACRUZ INOÑAN



Cuadro de texto: ORDEN ROSACRUZ BAYONA
















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